La inesperada desaparición de Satoru Gojo en Jujutsu Kaisen El capítulo 236 ha dejado a los fanáticos lidiando con una mezcla de incredulidad y decepción.
A pesar de la ferviente esperanza de su regreso, la serie ha llegado a su fin, aparentemente sellando el destino de Gojo y dejando a muchos personajes y lectores lamentando su ausencia. Las consecuencias de su muerte pusieron de relieve una verdad inquietante: la naturaleza hastiada e ingrata de la sociedad Jujutsu.
A raíz del final de la serie, los fanáticos acudieron en masa a las plataformas de redes sociales para expresar sus frustraciones por la falta de reconocimiento por las importantes contribuciones de Gojo.

En lugar de rendir homenaje a su camarada caído, casi todos los personajes parecieron olvidar sus sacrificios, encendiendo una ola de ira y tristeza dentro de la comunidad. La ausencia de cualquier monumento o respeto por los esfuerzos de Gojo, que culminó con la ausencia de un entierro adecuado, profundizó el dolor de su pérdida.
Gege Akutami, el creador de la serie, utilizó el tratamiento de Gojo después de la muerte para iluminar las amargas realidades de la sociedad Jujutsu. A lo largo de su vida, Gojo fue visto más como un arma que como una persona, encarnando las duras expectativas puestas sobre los hechiceros.
Desde su infancia, cuando se puso una asombrosa recompensa por su cabeza, era evidente que nunca había experimentado una educación convencional, sino agobiado por el peso de su poder y las expectativas que conllevaba.


Su viaje continuó mientras compartía el título del hechicero más fuerte con Suguru Geto durante su adolescencia. Sin embargo, una batalla fundamental con Toji Fushiguro transformó a Gojo, lo que lo llevó a dominar la técnica maldita inversa y solidificar su estatus como campeón inigualable del mundo de Jujutsu.
Esta elevación, si bien le dio poder, profundizó su aislamiento, particularmente después de la caída en desgracia de Geto. El costo emocional de perder a un confidente dejó a Gojo con la gran responsabilidad de ser el único protector del reino Jujutsu, decidido a desafiar la corrupción incrustada en él.
Sin embargo, a pesar de su formidable poder y su incesante búsqueda de cambios, los esfuerzos de Gojo pasaron en gran medida desapercibidos. Su destino fue un reflejo de las crueles realidades que enfrentaron los hechiceros que sacrificaron todo, sólo para encontrarse con el abandono.
Esto quedó demostrado de manera conmovedora a través del destino de otros personajes, como Kento Nanami, quien abandonó el mundo Jujutsu debido a su naturaleza implacable. De manera similar, Yuji Itadori y Yuta Okkotsu enfrentaron sentencias de muerte debido a circunstancias fuera de su control, lo que ilustra aún más la brutalidad de su existencia.
Tras la muerte de Gojo a manos de Sukuna, su cuerpo fue tratado con un escalofriante desprecio. Shoko Ieri simplemente lo cosió para que Yuta lo utilizara en combate, simbolizando cómo Gojo fue reducido una vez más a una herramienta en la batalla en curso.
La falta de duelo o reconocimiento por parte de sus compañeros, especialmente de Megumi, quien debía su existencia a la guía de Gojo, pintó un cuadro crudo de la crueldad inquebrantable de la sociedad Jujutsu. Los momentos finales de la historia de Gojo carecieron de reverencia, destacando un mundo donde los hechiceros son valorados sólo por su utilidad y rápidamente olvidados después de la muerte.
La experiencia de Gojo sirve como un comentario profundo sobre la naturaleza del mundo Jujutsu, que sigue siendo tan duro y resistente al cambio como siempre, dejando tras de sí un legado de sacrificio que no se reconoce ni se recompensa.
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